Los Cinco Pilares
En mi artículo anterior ¿Qué es una vida de Bienestar? les comenté acerca del modelo PERMA, que explica los cinco pilares en que se basa el bienestar del ser humano.
Cada vez mas la psicología alienta a las personas a posicionarse de una manera activa en la búsqueda y sostenimiento de la salud psíquica.
El sentirnos a gusto con nuestra vida, en gran parte depende de las decisiones que tomamos a diario, de las conductas que alimentamos, de cómo elegimos ocupar nuestro tiempo y de lo que nos decimos en nuestros diálogos internos. Así como la salud de nuestro cuerpo exige realizarnos controles, prestar atención a nuestra alimentación, hacer deporte, entre otros hábitos saludables para sentirnos fuertes y sanos, la salud de nuestra mente también nos demanda cuidado y dedicación consciente.
No podemos pretender sentirnos a gusto con quienes estamos siendo si nos dejamos estar, si abandonamos nuestros proyectos a la mitad, si vivimos en aislamiento o repetimos comportamientos que sabemos que nos dañan.
Si queremos mejorar nuestra calidad de vida, hay mucho que podemos hacer para sentirnos más a gusto. Por supuesto, que esto no es una receta de vida y que hay factores externos que impactan y atraviesan nuestra manera de apreciar nuestra existencia. Sin embargo, hay quienes se lamentan ante lo que no pueden cambiar y hay otro tipo de ejemplares humanos que se arremangan y se disponen a trabajar en la parte de su vida que sí está a su alcance modificar.
El Modelo Perma
El modelo PERMA nos dice que, si dedicamos nuestra energía a maximizar las cinco variables que, según estudios científicos, tienen gran impacto en nuestro índice de bienestar, podremos sentirnos en paz con nosotros mismos por estar activamente enfocados en lo que podemos desarrollar.
Las variables a cultivar son: la experimentación de emociones positivas, la búsqueda de actividades que nos permitan entrar en estado de “flow” o de óptima activación, la construcción de relaciones significativas, la pertenencia a algo más grande que nosotros mismos y el conseguir objetivos que estén ligados a la mejora de nuestros dones y habilidades.
Este modelo constituye una “descripción” de lo que hacen las personas que se sienten satisfechas con su vida, no es una “prescripción” ni una fórmula mágica. Son hábitos que van forjando un cambio emocional en la medida en que se sostienen por su propio bien, no como un medio para lograr un fin: la felicidad.
En este artículo les propongo cinco ejercicios para trabajar cada una de estas variables en la vida diaria.
1- Emociones Positivas (Positive Emotions)
El cultivo de emociones positivas va ligado a la capacidad de apreciación que tengamos. Es que a veces estamos siendo felices y no nos damos cuenta. No nos detenemos a observar las sutilezas de los pequeños momentos cotidianos… el placer de un baño tibio, el deleite de un rico desayuno, un abrazo reconfortante, una música que nos inspira. Experimentar emociones agradables supone una disposición consciente a entrenar nuestra atención y dirigirla hacia aquello que sí funciona en nuestra vida y cuidarnos de la tendencia a poner siempre el foco de atención en la queja.
- Puesta en práctica: una buena manera de entrenar la apreciación es hacer un ejercicio de relajación tomando un par de respiraciones profundas para poder bajar de la mente al cuerpo y disponernos a lograr una presencia más plena en cada experiencia.
Experimentar emociones agradables supone una disposición consciente a entrenar nuestra atención, a dirigirla hacia aquello que sí funciona en nuestra vida y a cuidarnos de la tendencia a poner siempre el foco de atención en la queja.
2- Compromiso con la Tarea (Engagment)
Es la capacidad de involucrarnos de manera lúcida y positiva en los actos del día a día. Si en lugar de hacer las cosas en piloto automático, las hacemos con la consciencia de estar desplegando nuestras fortalezas, sentiremos que nuestro tiempo no pasa en vano, sino que nos estamos desplegando. Poner en juego nuestras fortalezas al realizar nuestras actividades diarias nos potencia y aumenta las posibilidades de entrar en un estado de plena absorción en nuestra tarea.
- Puesta en Práctica: un buen ejercicio para trabajar esta variable es hacer un listado de actividades que nos agradan y comprometernos a incorporarlas como hábitos y no solo como excepciones que hacemos cada tanto. Cuanto más nos comprometemos con algo más involucrados emocionalmente estamos.
3- Relaciones Positivas (Relationships)
Se trata de poner nuestra atención en cultivar conexiones auténticas con los demás. Aprender a estar cuando estamos con otros, dejar a un lado el celular, lograr más contacto visual, interesarnos más por quién esta siendo esa otra persona que muchas veces damos por sentado. También implica abrirnos a conversaciones más íntimas y significativas, profundizar aquellos vínculos que nos interesan y dejar a un lado relaciones que solo ocupan “espacio” pero no nos reconfortan demasiado. Los vínculos de afinidad y resonancia nos reconfortan una enormidad.
- Puesta en Práctica: realizar tres círculos concéntricos. En el 1º colocaremos a las personas que sentimos emocionalmente más cerca, en el 2º aquellas amistades no tan próximas y en el 3º las personas apenas conocidas con quienes no compartimos demasiada proximidad afectiva. Observa el círculo y pregúntate: ¿Cómo están esos círculos? ¿Te sientes a gusto con esa distribución? ¿Asignas tu tiempo adecuadamente según los vínculos que más te interesan? ¿Qué ajustes deberías hacer?
4- Significado de Vida (Meaning)
El Sentido de Vida significa pertenecer a algo más grande que nuestro “self”. Hay personas que sienten una sensación de “vacío” en su interior. Esta sensación puede ser consecuencia de que esta variable este reclamando su lugar.
- Puesta en Práctica: un ejercicio que nos puede ayudar a encontrar algunas respuestas es preguntarnos ante una hoja en blanco: ¿Cuál es mi papel en el mundo? ¿Qué tengo para aportar? Este ejercicio consiste en escribir en una hoja sucesivas respuestas que nos vengan a la mente. Las primeras es probable que no sean muy significativas. Las siguientes, si escribimos el tiempo suficiente… pueden darnos algunas pistas respecto de cuáles son aquellos espacios en donde nos sería grato “servir”. Esta comprobado que las personas altruistas, que aportan a un fin mayor que a sí mismas, se sienten más felices y realizadas.
5- Logros (Achievements)
Saber que podemos lograr aquello que nos proponemos aumenta nuestra percepción de logro. Aquí cobra mucha importancia cumplirnos la palabra dada. A veces somos tan autoexigentes que no tenemos demasiado registro de los logros que conseguimos por estar siempre poniendo el ojo en lo que nos falta o podríamos haber hecho mejor.
- Puesta en práctica: les propongo que vuelvan la mirada hacia atrás y se pregunten: ¿qué méritos, qué cambios vitales o qué logros han tenido hasta ahora? Esa consciencia de reconocimiento nos empodera y nos hace sentir más orgullosos de quienes estamos pudiendo ser. El foco ha de estar puesto en la propia superación y no en la comparación con los demás. Al fin y al cabo, lo que cuenta es vernos a nosotros crecer. La vida no es una carrera, cada uno tiene sus propios aprendizajes y proezas. Cuando se trata de desplegarnos, la competencia no cuenta. La reflexión debería ser una introspección íntima respecto de aquellas batallas internas ganadas que nos conducen a ser una mejor versión de quienes nos sentimos ser.
Nada nos asegura una vida de felicidad, pero hay conductas bien claras que nos suman o nos restan al momento de darle forma a nuestra existencia.
Los invito a considerar estas variables, a optimizarlas y a asumir un papel protagónico en el cultivo de una mente beneficiosa y próspera. Sabernos responsables de nuestra vida no quiere decir que todo esté a nuestro alcance. Asumir responsabilidad es aprender a responder con habilidad ante cada experiencia que nos toca transitar, sin apegarnos a ningún estado emocional y sabiendo labrar el terreno para que prosperen las semillas que con consciencia elegimos sembrar.